Deja de hablar. Una forma de practicar la humildad es
pasar más tiempo escuchando que hablando. Si vas a gastar todo tu
tiempo hablando de ti mismo o compartiendo tus ideas, entonces será
menos probable que aprendas de los demás o que aprecies lo que tienen
para ofrecer. Escuchar a otras personas también las hará sentirse
importantes y atendidas, y puede ser muy humilde ofrecerles un oído
atento y un poco de tu tiempo.
- Puede ser muy humilde darse cuenta de que otras personas tienen una perspectiva que es tan válida como la tuya, y que todos a tu alrededor también están llenos de preocupaciones, dudas y esperanzas.
- Conviértete en un experto en escuchar a la gente sin interrumpir o dar consejos a menos que te lo pidan.
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