sábado, 2 de mayo de 2015

Hágase tu voluntad y no la mía.


Día feriado, sábado lluvioso en mi pueblo. Me levanté pensando escribir una entrada. ¿Por qué escribir?. ¿Por qué el blog?. No lo sé muy bien. Porque me gusta, porque al hablar de las cosas las entiendo, tal vez porque es mi forma de acercarme a la literatura de N/A de estudiar. Estoy convencida que es importantísimo para la recuperación estudiar el programa. Meterte en la literatura de N/A y de AA también que hay mucha y online. Los grupos dónde sólo se va a vomitar lo malo, a hablar solamente y a no se estudia, no se debate, a mí no me gustan. Te quedás siempre parado en el mismo lugar, revolcándote en el barro de tu historial. Está bien sacarlo, mirarlo, compartirlo pero trascenderlo, seguir adelante, sino no sirve a mí entender. 
Como no sabía de qué escribir , abrí al azar mi librito y me encontró ese extrato que pongo a continuación del segundo paso. Es todo para mí, sí bien egoísta yo. 
En psiquiatras y psicólogos me pasé toda mi vida. Puedo hacer una lista. Terminaba con uno y buscaba otro. Hasta que después de muuuuuuuuuuucho tiempo, me dí cuenta que no era por ahí, para mí al menos.
Soy también María Rebelde, uno de los desafíos creo más grandes que le hice a Dios fue el no querer tener a mi tercer hijo. Pero eso no lo decidía yo, y Dios me lo hizo saber. Pedí un hijo sano y El me dió el que me tocaba, el qué yo necesitaba. Me alejé mucho tiempo de la fé, me acordaba de Dios sólo en tiempos de catástrofe. Y ahora estoy aprendiendo a tenerlo en mi vida a mi lado todo el tiempo. 
Me gusta la parte que dice la fe es confianza. Pero los neuróticos no confiamos en nadie. Una persona herida es como un perro apaleado, no confía, se arrincona y muerde al que se le acerca aunque sea para darle un mimo o de comer. 
El darse cuenta que no queda otra que hay que confiar y que no se hace nuestra voluntad sino lo que el Poder Superior nos tiene destinado no es fácil. Pero....se aprende, llega.
Tengo dos opciones pasarme toda la vida rebelándome contra esta realidad, amargada, triste, neurótica ó derrotarme y aceptar que no se hace mi voluntad sino la Suya. 
Parece simple pero no lo es. Lleva tiempo, lágrimas, dolor, resignación el darse cuenta y aceptarlo.  Pero después, cuando se logra, aunque no sea al 100%, se siente una paz. A mí me pasa y no sé cómo explicarlo.Tampoco creo que tiene mucho sentido buscarle la 5ta. pata al gato, simplemente es así.


Segundo Paso

LLegamos al convencimiento de que sólo un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.

“Los psiquiatras han advertido a menudo que la rebeldía es una actitud característica de más de un neurótico. De tal manera, que no es extraño que muchos de nosotros hubiésemos desafiado a Dios mismo. Algunas veces porque no nos concedió los bienes materiales que le especificamos, tal como lo hace un niño que envía a Santa Claus una lista de pedidos imposibles de satisfacer. Las más de las veces, cuando no salimos bien de un trance difícil pensamos que Dios nos había abandonado. La muchacha con la que queríamos casarnos tenía otras ideas, le pedimos a Dios que la hiciera cambiar de manera de pensar, pero no cambió. Pedimos hijos sanos y los tuvimos enfermos o no nos los concedieron. Pedimos éxito en los negocios y no lo obtuvimos. Seres queridos de los que dependíamos nos fueron arrebatados por “actos de Dios”. Entonces nos volvimos neuróticos y luego le pedimos a Dios que nos hiciera cambiar. Pero no nos hizo cambiar. Esta fue la más cruel injusticia. Maldijimos la fe”.
“Cuando encontramos a N.A. se esclareció lo engañoso de nuestra actitud desafiante. Nunca le habíamos pedido a Dios que se hiciera su Voluntad; por el contrario, siempre le dijimos lo que debería hacer. Nos dimos cuenta de que no se puede creer en Dios y desafiarlo a la vez. La fe es confianza y no desafío. En N.A., hemos visto los resultados de esta creencia: hombres y mujeres salvados de la catástrofe final de la neurosis. Los hemos visto enfrentarse con serenidad a situaciones difíciles, sin eludirlas y sin recriminaciones. Esto no es simplemente fe, sino fe que obra en cualquier circunstancia. Pronto llegamos a la conclusión de que estábamos dispuestos a pagar lo que fuera por conseguir la humildad”.
(Extracto del 2do Paso del libro de los 12 pasos de N/A)

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